Dime y lo olvido, enséñame y lo recuerdo, involúcrame y lo aprendo. Benjamin Franklin.

jueves, 27 de diciembre de 2012

¡Estudiar es un coñazo!

Antes de nada... ¡Feliz Navidad a todos! Espero que estéis disfrutando de este tiempo con la familia y los amigos, yo por mi parte, ¡no paro! De hecho, este post quiero dedicarlo a comentar una cosa que escuché el otro día y me dio de que pensar.

Me encontraba con mis amigos en una exhibición de gimnasia rítmica y, delante nuestra, había una familia, compuesta por padres, tíos, abuelos, nietos... etc. Entre ellos se encontraban dos niños y una niña, que estaban hablando sobre la escuela. En un momento dado, la niña dijo que debía estudiar un examen que tenía nada más volver de las vacaciones, a lo que el niño más mayor, rondaría los ocho años, contestó: "¡Madre mía! ¡Si estudiar es un coñazo!".

Obviando el hecho de la palabrota que dijo el niño y de que los adultos de su alrededor no le corrigieran ("toda la culpa es de la escuela"), ¿En que momento el estudio empieza a ser una obligación? ¿En que momento de nuestra vida todo lo relativo a aprender cosas nuevas se convierte en "un coñazo"?

Pensé en el hecho de que, por lo que parece, el ser humano ha nacido para llevar la contraria. Si nos dicen que tenemos que hacer algo, o no lo hacemos, o lo hacemos de mala gana. Y si nos prohiben hacer algo, entonces lo hacemos, ya que "las reglas están hechas para romperlas". Como ejemplo de esto puedo contar la historia de un amigo mio: hace dos años, en el instituto, le "obligaron" a leerse un libro, concretamente "Cuento de Navidad" de Dickens. No se lo leyó, ni siquiera hizo el esfuerzo, le parecía un coñazo el simple hecho de oír el titulo. Ayer, después de recomendarle el libro y dejárselo, se lo terminó de leer. Y le encantó.

No obstante, creo que lo que de verdad hace que veamos el estudio como un coñazo, es nuestro entorno, la sociedad. Después de que el niño mayor dijera lo de que "estudiar es un coñazo" (perdón por repetir tanto la palabra, pero creo que es la que más se ajusta al sentimiento que "todos" tenemos cuando nos ponemos delante de un papel), el niño pequeño no tardó en repetir lo que había dicho su hermano: ¡Estudiar es un coñazo!.

Cuando somo pequeños, somos curiosos por naturaleza, nos gusta saber el por qué de las cosas, y nos esforzamos lo que haga falta para encontrar la respuesta a nuestro problema. Como ejemplo la historia de la maestra Mercé de Febrer recogida en el libro "Vivencias de maestros y maestras" bajo el título "Es un regalo ir a trabajar cada día" (gracias por la recomendación Víctor, maravillosa historia). Pero llega un momento que aprender se convierte en una obligación de la cual queremos escapar. Vamos creciendo mientras escuchamos que estudiar es un coñazo, y, al final, hacemos la idea tan nuestra que relacionamos conceptos y una cosa no puede ir acompañada sin la otra. Aunque, por suerte, cuando maduramos, por regla general, nos damos cuenta de que estudiar no es malo, no es un coñazo, sino algo que  hay que hacer para poder aprender cosas nuevas, para saber más.

Simplemente quería compartir con vosotros esta anécdota, ya que me ha parecido muy interesante el hecho de que un niño pequeño ya relacione defina estudiar como un coñazo.

jueves, 20 de diciembre de 2012

¿Fin?

Bueno, bueno, aquí tenemos la parte más difícil de todas… ¡A por ello!

Han sido cuatro meses de trabajo, lecturas y estudio donde he conocido a personajes como Jackson, Stenhouse, Frank, Freire, Robinson, Gardner, Pennac… y a otros no tan conocidos que me he encontrado por la red, como el blog "Historias de un maestro cualquiera", o Cat Pause y su increíble reivindicación. No obstante, conocidos o no, todos me han aportado una gran variedad de conceptos y nuevas formas de ver las cosas.

No ha sido fácil, muchas horas dedicadas a leer, a reflexionar y de buscar la mejor manera posible de exponerlo en el blog para que todo el mundo lo entendiera, pero creo firmemente que he cumplido con los tres objetivos que me marqué a principio de curso:
- He aprendido a aprender, ya que los conocimientos que he adquirido durante estos meses los llevo ya conmigo porque no los he memorizado, los he "apresado".
- He aprendido, indudablemente, a pensar, y a darme cuenta de lo valioso que es esto. Sobre un mismo tema, hay diferentes opiniones, diversas formas de ver las cosas, y lo que debemos hacer es conocerlas todas, o por lo menos la mayoría, y reflexionar sobre ellas, para poder tener nuestra propia opinión, no la que dicte otro.
- He aprendido a enseñar, o por lo menos, he aprendido a como ser una mejor profesora, y soy consciente, ahora más que nunca, de la importancia de nuestra profesión y de cómo hay que salvarla del desprestigio social al que está sometida, que es todavía mucho mayor en la educación física.

Personalmente, considero que el blog me ha servido de gran ayuda, no únicamente para poner mis reflexiones, sino para aprender. Durante este tiempo he intentado que mis compañeros aprendieran de mí, no sólo con mis entradas, sino con comentarios que he ido poniendo a lo largo de todo el cuatrimestre en sus respectivos blogs y siempre he estado dispuesta a echar una mano en lo que me pidieran. Igual no he ayudado a la hora de aprender conceptos (que creo que sí), pero estoy segura que a más de uno/a le he enseñado a utilizar un blog.

No obstante, tengo una espina clavada. Creo que mis compañeros podrían haber aprendido más de mí si las entradas de los blogs hubiesen sido más cortas. Digo esto porque, a pesar de que nadie me lo ha confesado, estoy segura que muchos no se paraban a leer los posts por lo largos que eran, lo que me decepciona un poco, porque realmente creo que eran conceptos o ideas muy interesantes. Así que en el futuro intentaré ser más breve (al ser posible) o escribir de una manera más amena.

Es difícil ponerse a una misma una nota sin parecer pedante o creída, pero me he esforzado mucho durante estos meses y he puesto de mi parte para que todos mis compañeros pudieran aprender algo de mí. Sinceramente, si me pusieran hoy, o dentro de tres años, un examen sobre la asignatura, creo que podría sacar un diez, y es que he aprendido todos los conceptos que se imparten en ella. No obstante, al no tratarse de un examen, sino de evaluar según lo que hemos aprendido o no, considero que un diez es mucho, ya que, a pesar de haber aprendido muchísimo, estoy segura de que podría haber aprendido más. Siempre se puede aprender más. Así que, si me tuviera que poner una nota, esta rondaría el 9´5.

Aunque se acabe la asignatura, yo probablemente vaya a continuar escribiendo en el blog, ya que me gusta, lo encuentro un medio muy interesante, rápido y activo para que tus conocimientos sean aprendidos por otros, y para que los conocimientos de otros sean aprendidos por uno mismo, por lo que no me despido con un adiós, sino con un "hasta el próximo post".


"Nunca consideres el estudio como una obligación, sino como una oportunidad para penetrar en el bello y maravilloso mundo del saber." Albert Einstein

miércoles, 19 de diciembre de 2012

La educación, el movimiento y yo.

Han pasado cuatro meses ya desde que realizamos nuestro primer dibujo, y, como es lógico, ahora toca hacer otro para ver como nos ha cambiado (si lo ha hecho) este periodo de aprendizaje. Mi primer dibujo mostraba a un par de niños "jugando" a la comba, pongo entre comilla jugando porque, como explique en su día, lo que realmente estaban haciendo era aprender. Después de todo este tiempo, mi dibujo ha cambiado.



A ver, se lo que estáis pensando y no, no voy a poner a mis alumnos a construirme una casa, sino que voy a poner a mis alumnos a construirse "su casa". Me era muy difícil plasmar en un dibujo todo lo que he aprendido y como ha cambiado mi manera de ver las cosas, así que he utilizado una metáfora.

La pared que está construyendo el niño representa su aprendizaje. Durante este tiempo me he dado cuenta de que el alumno debe tener una participación más activa sobre lo que se enseña o no. No hablamos de máquinas, sino de personas, y, como tales, tienen sus inquietudes y sus preferencias, y deben ser escuchadas. Para mí, a día de hoy, el profesor debe ser un guía (¿cuantas veces habremos oído/dicho/leído esa palabra durante el cuatrimestre?) que le facilite las herramientas necesarias al alumno para construir su casa, es decir, para aprender. A pesar de que indico que hay que tener más en cuenta a los alumnos, no quiero decir con esto que haya que enseñar sólo lo que ellos prefieran aprender, no. Hay algunas cosas que a los alumnos no les gustan, pero que tienen que ser educados sobre ellas porque son valiosas y necesarias. Por ello estoy representada al lado del niño, estoy supervisando su trabajo, su aprendizaje, para corregirle en los errores que pueda tener y para aportarle más conocimiento, aunque este no lo pida.

Quizás os haya llamado la atención que al otro lado se encuentre una niña portando un ladrillo, creo que la metáfora es clara. Durante este tiempo me he percatado en como los alumnos pueden aprender los unos de los otros.Yo, como alumna, he aprendido muchísimo de mis compañeros. Es por ello que, el día de mañana, cuando sea profesora, intentaré fomentar esto. Los alumnos se ayudarán mutuamente a construir su casa.

¿Y dónde está el movimiento? Bien, el dibujo era una metáfora, sobre todo, para la educación en general, pero podemos extrapolar todas la ideas dichas anteriormente a nuestro campo, al de la educación física. Como profesionales de dicha asignatura debemos darle un valor a lo enseñado en clase, basándonos en el principio de utilidad, todo conocimiento debe aportar un beneficio y evitar el daño que se pueda causar. Además, tenemos una gran ventaja, nuestra asignatura se centra en el cuerpo que es nuestra herramienta para vivenciar las cosas, que, como sabemos ya, es algo muy importante y necesario para tener un auténtico aprendizaje. Debemos aprovecharnos de ello.

He de decir que estoy segura que dentro de otros cuatro meses mi dibujo será diferente, ya que, conforme va pasando el tiempo, voy vivenciando y aprendiendo diferentes cosas que me hacen reflexionar sobre la educación, los alumnos, el movimiento... etc. Sin embargo, creo también firmemente que hay algo que no cambiará, y es esa idea que Pennac (¡Qué gran descubrimiento!) ha metido en mi cabeza: El amor hacia nuestro alumnos. Es posible que en el dibujo nadie capte esto, ya es muy difícil de plasmar el amor, mucho más este tipo de amor, pero creo que se puede ver en el hecho de estar pendiente del alumno, de ayudarle, escucharle, comprenderle, aceptarle y, sobre todo, en el hecho de querer hacer de él, de transformarlo, en alguien mejor. En alguien que tenga un casa muy alta y grande.

martes, 18 de diciembre de 2012

¿Por qué?

Estoy segura de que esta pregunta nos la hemos realizado todos después de escuchar el trágico suceso ocurrido en Coneccticut. Le he dado muchas vueltas sobre si debería realizar una entrada sobre este tema o no. He decidido hacerla porque, al final, la solución a el problema tiene relación con lo que llevamos tratando durante estos tres últimos meses: La educación.

 Esta masacre ha vuelto a abrir el debate sobre la ley de armas en Estados Unidos, pero para mí, el problema de estos sucesos (12 en este año) no es este. Obviamente, es un factor que hay que tener muy en cuenta, pero creo que realmente es otro.

Según el antropólogo Carlos Aramburú, el sistema educativo estadounidense promueve un desarrollo individualista y discriminatorio que "no crea grupos de amigos que están llevando los mismos cursos sino cursos fraccionados en los cuales los chicos andan muy aislados. Son chicos que además están en un contexto de total aislamiento emocional, amical, tienen poca solidaridad con los demás" y que le da una gran importancia al éxito individual, lo que hace que ciertas personas se sientan marginadas y excluidas.

Todo el mundo crítica lo fácil que es hacerse con un arma en los Estados Unidos, pero para ellos, es algo que forma parte de su cultura. Nunca olvidaré las palabras que me dijo sobre este tema un antiguo profesor mio: "Nosotros vemos que es una locura, que deberían quitar esa ley, pero ellos lo ven de otra forma, ellos piensan: quiero un arma para defenderme de ese loco." Las armas forman parte de la cultura de los Estados Unidos,  y la escuela, en todos los lugares, es una defensora de la cultura y de la tradición.

El tema, al fin y al cabo, no es la facilidad por hacerse con un arma, sino "la falta de valores y de respeto a la vida". Esto podemos comprobarlo en que, en Canadá y en muchos otros países, la compra de armas de fuego también es muy fácil, sin embargo, no se dan estas masacres.

La relación estadounidense-arma es tal, que hay quien, después de esta masacre, ha pedido el uso de armas por parte de los docentes, para que tengan la posibilidad de defenderse en tales casos. La mayoría de ellos no se plantean un endurecimiento de la ley de armas, sino que piden más, para protegerse, no es casualidad que en los últimos días se haya disparado la venta de armas en el país. Como dijo mi profesor "quiero un arma para defenderme de ese loco". Ese es su pensamiento. Y si algo puede cambiar ese pensamiento, transformarlo a mejor, es la educación.

Personalmente creo que este tema incluye mucho aspectos dificiles de tratar, hablamos de pensamientos, ideologías y culturas diferentes. La ley de armas es el problema superficial, mucho más abajo se encuentra el real, el que hay que cambiar. Por muy difícil que se le ponga a una persona conseguir un arma, la conseguirá. La clave está en la educación y en la sociedad. Es un tema complejo, aunque bien es cierto que podríamos empezar quitando las armas, por probar.


Quiero dejaros el siguiente enlace donde se habla también todo esto, es cortito pero creo que es muy interesante.



La educación es la que puede cambiarlo todo

sábado, 15 de diciembre de 2012

¡Las cosas que pasamos por alto!

Los Simpson es una serie de televisión que, como todos sabemos, se basa en la crítica y en la ironía de ciertas situaciones o comportamientos de la sociedad y del propio ser humano. Nos sabemos los capítulos enteros y, en muchas ocasiones, en situaciones de la vida cotidiana decimos lo de: "como en el capítulo de los Simpson.." Pero nos quedamos, por regla general, en la anécdota, en la broma que dice Homer o en la estupidez que hace, y no vemos más allá, no somos capaces de encontrar el verdadero significado.

Acabo de ver un fragmento de los Simpson que quiero compartir con vosotros, pero necesito que dejéis la anécdota a un lado y veáis lo que ocurre de verdad:





Lo que hace unos meses me hacía gracia, ahora, después de todo este cuatrimestre donde hemos reflexionado sobre la educación, los maestros, los alumnos y la relación entre estos, me doy cuenta de la gran crítica que conlleva consigo estos 14 segundos de vídeo, donde nos muestra como desde pequeño, nuestro querido Bart fue clasificado como un zoquete, simplemente porque hizo dos palmadas más. En fin, me gustaría que reflexionarais acerca de este vídeo, que, aunque igual se lleva al extremo, no se aleja de la realidad.
 

jueves, 13 de diciembre de 2012

Lo que no se ve...

Nos hemos adentrado en un tema complicado en las últimas semanas de clase, donde, para tratar de comprenderlo, no basta con explicar lo leído, sino que hay que reflexionar acerca de ello.

Hemos dado el currículum, formado por la interacción de sus cuatro niveles:  El currículum explícito, encubierto, nulo y oculto. Y es en este último, en el currículum oculto, donde se sitúa ese complicado tema en el que hemos entrado de lleno: Los valores y las ideologías.

El término currículum oculto fue creado por Jackson en su libro "La vida en las aulas", y hacía referencia al potencial de la escuela y de los profesores para "trasmitir conocimientos, valores y creencias que no se encuentran reflejados en el currículum oficial", hace referencia a aquellos mensajes que se mandan de manera inconsciente.

Viñeta de Tonucci
El profesor está en continua interacción con el alumno y, aunque más de uno lo prefiriese, su tarea no consiste sólo en enseñar la materia. Aunque el profesor no quiera, inconscientemente está educando al alumno en ciertos valores, concretamente, en sus creencias. No se puede, por tanto, separar la ética personal de la profesional. Que la personal no se manifieste, e influya de manera totalmente oculta no significa que sea menos efectiva. A través de la observación, de la repetición de las normas, de la utilización del lenguaje, de adoptar unas costumbres... etc Acabamos asimilando una forma de ser y de pensar.

Siempre he oído que los profesores deben evitar que sus pensamientos e ideas "salgan a la luz" en clase, para no influenciar a los alumnos. Esto hizo que me preguntara si lo correcto sería evitar este tipo de currículum oculto de la manera que fuese, ya que los valores que los profesores inconscientemente trasmiten pueden ser negativos.

Buscando información sobre este tema me topé con este artículo de Miguel Ángel Santos Guerra "Currículum oculto y aprendizaje en valores", que nos explica de una manera muy amena y concreta lo importante que son los valores en la educación, es más, y pienso igual que él uno vez leído el texto, sin valores no se puede hablar de educación, sino de instrucción, ya que "la auténtica educación, hace referencia a todas las vertientes del individuo, y no puede omitir la dimensión moral". Pero con esta frase Santos Guerra no quiere decir que la educación moral se haya de convertir en una asignatura más, ya que entonces se explicarían pero no se aprenderían.
"Yo creo que cuando uno tiene que enseñar algo es porque ese algo no surge solo en la vida. Por ejemplo, el niño aborigen australiano va con la mamá o con el papá por el desierto o por la selva, recolectando algo o reconociendo el lugar. Lo va recogiendo o va reconociendo el lugar en el momento de vivirlo. Entonces no se le está enseñando. No se le habla de una cosa que tiene que venir después, sino que está viviéndola allí. Ahora, si yo no tengo la posibilidad de ir al desierto para ver allí la roca que corresponde al lugar donde el ancestro hizo tales cosas…, y estoy en la sala de clase, voy a tener que hablar de eso. Voy a tener que enseñar sobre esa roca que es un hito fundamental en la historia ancestral. Tenemos que enseñar porque aquello que enseñamos no lo estamos viviendo. Yo creo que ese es el verdadero problema con los valores" (Maturana, 1999)

La escuela ha de vivir los valores, por lo que el currículum oculto no es algo negativo siempre y cuando los profesores sean "ejemplos de ciudadanos honestos, comprometidos, solidarios, tolerantes y sensibles, ya que es probable que los alumnos hagan suyas las concepciones, las actitudes y los comportamientos de sus maestros. Porque los alumnos aprenden a sus profesores, no solamente de sus profesores."

Es muy importante por ello reflexionar sobre el currículum oculto, ya que, a través de él se trasmiten ideologías como el sexismo, el culto a la delgadez, el mesomorfismo... etc. ideologías que no son positivas para el alumno. Debemos conocer este currículum oculto, para poder educar de manera adecuada a los alumnos.



Por último, os dejo otro artículo de Santos Guerra titulado "Democracia escolar o el problema de la nieve frita", donde reflexiona si es posible educar unos valores que la sociedad luego no contempla.





A veces, es más importante lo que no se ve que lo que podemos apreciar a simple vista.

 

domingo, 9 de diciembre de 2012

La Escuela y el Maestro.

La semana pasada, Víctor nos hizo referencia a Paulo Freire, concretamente, a lo que él llamaba la "cultura de la queja" y la "cultura de la transformación".

Todo vino porque en la clase práctica, mi grupo hizo referencia a la escena de "Mal de Escuela" donde Pennac critica a esos profesores que no dejan de decir que "no les han preparado para ello" o "ya hago todo lo que puedo". Profesores que entran dentro de esta cultura de la queja, donde en vez de buscar una solución a los problemas ponen excusas. Por contra, el profesor Kanamori, presentado por nuestra compañera Patricia en su blog, entraría dentro de esa cultura de la transformación a la que Freire nos hace referencia. Un hombre que mediante su materia y sus métodos transforma al alumno, hace que vean de manera diferente la vida.

Buscando información de Paulo Freire encontré un libro, escrito por Moacir Gadotti, titulado "La Escuela y el Maestro: Paulo Freire y la pasión de enseñar", que quiero compartir con todos vosotros. Este libro nos relata la pasión que debe tener el educador al enseñar mientras nos da un paseo por las ideas de Paulo Freire y la formación del hombre global.

Lejos de ser pesado y complicado, como casi todos los libros que tratan las ideas de algún autor, Moacir consigue que disfrutes de la lectura mientras te vas empapando de las ideas de Freire, de su visión de la escuela, de los maestros y del poder de la educación.

El capítulo que más me ha gustado ha sido "Educar en la ciudad que educa", donde nos habla del proceso de humanización de Paulo Freire y su principal preocupación: "cambiar el mundo a través de la educación, de la educación política".  Esta parte del libro trata justo sobre esa cultura de la transformación, y nos plantea un cambio en la sociedad, en las estructuras económicas, políticas y sociales, como resultado del cambio del ser humano a través de la educación, ya que la propia ciudad en sí también educa, y nos habla de otro tipo de cultura, de la cultura del silencio, resultado de la sociedad opresora, donde los hombres y las mujeres no pueden reflexionar y tomar decisiones, no pueden expresar sus emociones.

Un libro sencillo, ameno y humilde, que te llena de ganas de enseñar de una manera increíble y que considero que es necesario para poder debatir los grandes problemas que hay en nuestro sistema educativo.

"En general, ignoramos la ciudad, tenemos una visión tan estrecha que no la vemos, y algunas veces hasta la escondemos, le damos la espalda para no ver ciertas cosas que suceden en ella. No queremos ver ciertas cosas de la ciudad para no comprometernos con ellas, pues al verlas nos comprometemos. Veamos nuestro comportamiento en los semáforos cuando se nos acerca algún niño o niña de la calle: nuestra defensa es no verlos a los ojos. En la ciudad tratamos de hacer que muchos seres sean invisibles; hasta en nuestras propias casas, cuando tenemos visitas y les estamos mostrando la casa, no les presentamos a la empleada doméstica o a la asistente de limpieza que allí trabaja. Les pasamos por el lado como si fuesen transparentes. Necesitamos una pedagogía de la ciudad que nos enseñe a ver, a descubrir la ciudad para poder aprender con ella, de ella, para aprender a convivir con ella. La ciudad es el espacio de las diferencias. La diferencia no es una deficiencia. Es una riqueza."
 



 
Hay un blog, llamado educa09, del cual ha sido cogida esta imagen, que tiene entradas muy interesantes sobre Paulo Freire.

miércoles, 5 de diciembre de 2012

El problema dentro del problema.

En "Educación física, movimiento y curriculum" Arnold nos da una clara explicación de cuando el movimiento es educativo: Cuando "las experiencias que ofrecen a los participantes son placenteras e intrínsecamente satisfactorias porque les asignamos una clara intencionalidad educativa, cuidamos las relaciones sociales en dicho contexto y las desarrollamos en condiciones moralmente aceptables" (Devis 2011).

No voy a pasar a resumir lo leído en su libro o en el artículo "Sobre el valor educativo de los contenidos de la educación física"de José Devís y Carmen Peiró, ni tampoco a refutar sus ideas, ya que no tengo la formación suficiente para hacerlo y, porque, simplemente, estoy de acuerdo con lo que dicen. Lo que voy a tratar de exponer son las preguntas que me han venido a la cabeza al terminar de leer las lecturas y después de todo lo comentado en clase.

Imagen cogida del blog "El blog didáctico de Educación Física"
Si hablar de educación ya es un tema complicado, más lo es cuando se trata de educación física. Y un problema está relacionado con otro. Nuestra asignatura, a la que nos dedicaremos en el futuro, está socialmente desprestigiada, es considerada como un recreo más, donde los alumnos se cansan y van relajados, calladitos y obedientes a la siguiente clase. ¿Alguna vez alguien ha suspendido Educación Física? y si la ha suspendido ¿Los padres se han preocupado por ello? No lo creo. El problema está que la gente no sabe que se aprende en las clases de educación física, y esto es grave, pero lo es todavía más que nosotros, los profesores, no sepamos que se enseña en la clase de educación física. Y esto lo digo por experiencia, en el instituto, concretamente en 3º de la ESO, mi clase tenía un profesor de educación física, y la clase de al lado, otro. Las cosas que dábamos eran totalmente diferentes, no había relación por ningún lado, cada uno impartía lo que quería. Esto me dio a entender que a pesar de los objetivos específicos que se supone que La Ley Orgánica de Educación establece, no hay control alguno. Si está estipulado que los alumnos de tal año tienen que saber cuando, como y por qué ocurrió la Revolución Francesa, todos los profesores de este país darán ese temario, pueden variar los métodos, pero el tema es el mismo para todos. En educación física no ocurre lo mismo, por el hecho de que en nuestro campo no se ha llegado a un consenso sobre cómo y que educar.

Que el movimiento es educativo es algo que está claro. Y está afirmación Arnold la argumenta con tres dimensiones interrelacionadas entre sí: La educación sobre el movimiento, la educación a través del movimiento y la educación en movimiento. De todas ellas, la que más me ha llamado la atención ha sido la educación a través del movimiento.

Esta dimensión nos habla del movimiento como propósito utilitario, es decir, esta relacionados, indirectamente, con valores extrínsecos como la estética, la salud, la ocupación del tiempo libre... Y es a raíz de un comentario que ha hecho Víctor, lo que ha captado mi interés: La educación física, hoy en día, está relacionada con la salud, concretamente con el problema de la obesidad infantil.

¿Somos nosotros los encargados de hacer que el niño adelgace o de enseñarle a comer bien? No. La respuesta es clara. Si la sociedad nos está encargando ese problema es porque considera que en Educación física no hay objetivos o que no es importante, si lo fuera, no lo harían, a nadie se le ocurre decirle a los profesores de biología que enseñen a sus alumnos a hacerse una dieta sana.

En mi opinión hemos entrado en un circulo vicioso del que es muy difícil salir: La gente no considera a la educación física como algo importante, porque piensan que no se aprende nada, o que, lo que se aprende, no es de importancia, y unas de las razones por las que todavía forma parte de la escuela (cada vez menos, en bachiller ya no es obligatoria) es porque es útil para otros aspectos, como el de la salud, que no es la meta de esta profesión, por lo menos, no la actual como ha indicado Víctor, por lo que los contenidos dejarían de ser educativos, y vuelta a empezar.

Entre todos debemos de solucionar esto, llegando a un consenso sobre que es la educación física, que se imparte, como y porque, sino lo hacemos, por extensión, la primacía de las "asignaturas mentales" se mantendrá, y, con ello el problema del sistema educativo.

sábado, 1 de diciembre de 2012

El zoquete: ese gran desconocido.

Una vez terminada la "semana Pennac" creo que es conveniente reflexionar sobre todo lo que nos ha aportado este libro.

Al principio, para ser sincera, se me hizo un poco cuesta arriba este libro. Pennac tiene una manera de redactar muy particular, muy diferente a cualquier otra que haya leído antes, y me costó conectar con él. Pero una vez que te acostumbras, te das cuenta de que lo verdaderamente importante no es cómo cuenta las cosas, sino lo que cuenta.

Hay muchos libros que hablan del mal alumno, como es, como captar su interés, como convertirlo en un alumno ejemplar, pero nadie habla desde la perspectiva del mal alumno. Hasta que llegó Pennac. Por primera vez, un zoquete iba a hablar de su experiencia. Y de cómo dejó de serlo.

Esto fue lo que me llamó la atención del libro, y, entre otras cosas, lo que más me ha aportado: El conocimiento del mundo del zoquete. Yo nunca he sido una mala alumna. Mis padres nunca han tenido problemas conmigo, por lo que, desconozco totalmente ese mundo. Pero, como todos, yo he tenido compañeros en clase a los que se les puede designar perfectamente con el término "zoquete".

Hasta la lectura de Mal de escuela, para mí, la gran mayoría de estos zoquetes, eran inaguantables. Consideraba que si no hacían los deberes era porque no les daba la gana o si hacían comentarios estúpidos en clase era porque no tenían educación alguna. Pennac me ha enseñado que, tras ese comentario estúpido, hay alguien que está pidiendo que le atiendan, que, tras esos deberes en blanco, hay alguien frustrado por haber estado horas delante del cuaderno y no haber conseguido hacer nada.

Mal de escuela nos muestra diferentes situaciones con las que nos podemos identificar. Recuerdo que, cuando mis profesores realizaban una pregunta día sí, día también, y alguien no sabía responder, pensaba que lo hacía aposta. Nunca  me paré a pensar que el problema era mayor. También me he identificado con otras partes del libro, como cuando los alumnos de Pennac competían entre ellos para ver quién recitaba tal poema. Como indiqué en el post posterior, en mi clase hacíamos lo mismo.

Quiero resaltar una parte que me llamó mucho la atención y me ha hecho reflexionar: A Pennac le salvaron los libros. A pesar de que en su casa se leía mucho, él empezó a leer porque, en aquel entonces, estaba mal visto, de hecho, estaba prohibido. Necesitaba un mundo, y, como el de los libros estaba prohibido, fue ese. Me pregunto si los Maximilien de hoy en día, esos zoquetes llevados al extremo, los que fuman, beben y se drogan, necesitaban un mundo, y el prohibido era ese, uno que, a diferencia del de Pennac, no les salvará.

Daniel Pennac me ha aportado mucho, y, como indica Víctor en su blog, considero que Mal de escuela es mucho mejor que cualquier libro de texto que trata el tema de la educación.



 


















Imagen cogida del blog aupaedurne se va de paseo. Sería interesante que le echarais un vistazo, ya que se explica el significado de esta viñeta.